Como resultado de los registros fotográficos y todo eso. Pasare por alto el comentar el día de la marcha, por lo que me iré directo a un punto en particular. Un hecho que ocurrió entre la marcha y la fiesta. Un hecho bien simple y trivial pero que no podía guardármelo y debía ser expresado de algún modo.
Un grupo de personas (incluyéndome) optó por quedarse ayudando a desarmar el camión y la vez matar el tiempo tomando once y mirando las noticias viendo si éramos mencionados en televisión para luego ir en dirección a la fiesta post-marcha.
En fin, después de juntar el dinero Yo, Diego y Pedro nos ofrecimos para ir a comprar los insumos para la once. Por lo cual, camino al supermercado nos presentamos y cruzamos un par de agradables palabras. Diego al igual que yo estaba vestido normal, en cambio Pedro había asistido a la marcha disfrazado de algún tipo de payaso-cowboy y el cual aun no se había cambiado de ropa por ende nos acompaño disfrazado. Pero hacia tanto frío que con el abrigo y el sombrero que ocupaba podía pasar desapercibido con excepción de su rostro que lo tenía completamente maquillado; una base blanca con rayas de colores y brillo entre sus ojos y en las mejillas.
Cuando llegamos al supermercado Pedro prefirió esperar afuera ya que tenía un bolso bastante grande, por lo tanto junto con Diego entramos a comprar. El supermercado estaba llenísimo por lo que nos dividimos; Diego fue a buscar el pan y yo el fiambre.
Una vez reunidos en el sector de las cajas (en el cual había mucha gente por ser atendida) yo y Diego comenzamos una plática simple acerca de Mums y del día de la marcha. En ese momento mi vista se fue en dirección hacia Pedro que estaba en la entrada principal del supermercado, estaba en un rincón con las manos en los bolsillos de su gran abrigo y mirando hacia el suelo, mientras toda la gente que pasaba lo miraban con mucha atención, era un sinfín de expresiones hacia él. Mientras Diego seguía conversándome y yo simplemente asentaba cada cierto tiempo cuando en realidad no tenía la más remota idea de lo que Diego me decía.
No pude evitar ponerme en el lugar de él y rogar para que las cajeras se apresuraran y poder salir lo más rápido posible. Tal vez a él le daba lo mismo lo que pensara la gente. Pero yo no podía dejar de sentirme abrumado frente esa neblina del prejuicio que cruzaba por la entrada del supermercado y a su vez sentirme realmente identificado con él.
Lo curioso de esto fue que camino de vuelta al Mums seguimos aquella charla y hubo momentos en que tenia frases para lanzar en mi mente pero que Pedro las lanzaba primero que yo. Y tales frases eran exactamente iguales a las que tenía en mente y pasó eso mismo con otras dos frases más.
Sigo dudando del porque quise contar este evento, tal vez expresar la reacción que tuve o la reacción de las personas presentes. O el sentirme tan identificado y ver plasmado parte de mí en un perfecto desconocido pero que a su vez, logré percatarme que tenemos los mismos defectos y puntos de vista acerca de lo que creemos que es posible en esta primitiva sociedad. Después de todo ser tan observador es lo que me vuelve medio loco.
Por cierto, ¿Mencioné que Pedro bordeaba los 40 años?